martes, 17 de noviembre de 2009

“Ladran Sancho… señal de que cabalgamos” (editorial revista "el estallido" nov. 2009)

Nuevas luchas sacuden la realidad Argentina. Los trabajadores, de la mano de los compañeros de Kraft Terrabusi, irrumpieron novedosamente en la vida política nacional. Los medios hablan del “caos” y del “conflicto social”. Es que tras los muchachos de Terrabusi, avanzaron y se expresaron los reclamos de miles de trabajadores ocupados y desocupados, y sectores de estudiantes.
El “efecto Kraft”, como le llama la prensa, sacó a la luz el malestar social que hay. La lucha del Subte por su sindicato, la de los estatales como los de Tucumán contra los chantajes del gobernador, la de los piqueteros no alineados con el gobierno, la de los docentes en casi todo el país, metalmecánicos de Córdoba, y una larga lista de etcéteras, son el cuerpo de una ola de la que Kraft es tan solo la cresta.
Se empieza a respirar un nuevo aire en la base obrera. Tal es así que las viejas burocracias sindicales, atornilladas a sus sillones, y en la tradicional transa con la patronal, tienen que llamar a combatir no a las patronales, no al gobierno, sino a los supuestos ánimos “desestabilizadores” del “sindicalismo de izquierda”, o “rebelde”, es decir, a los dirigentes fieles a los intereses de las bases. De hecho, con ese contenido de fondo, y bajo la consigna de la “defensa de la democracia” (calculamos que no se refieren a la democracia sindical), el dirigente de la CGT Hugo Moyano estaba preparando una marcha, que Cristina llamó a pasar para “más adelante”, expresando su debilidad, y la contradicción que encuentra su política anti-obrera con sus discursos progresistas.

Los políticos de los empresarios, fueron golpeados por esta realidad en un mal momento.

Mientras la crisis económica actúa de fondo de pantalla, los K en el gobierno (administrando su decadencia) y la oposición de derecha, no terminan de resolver la división en el seno de su clase, tras la disputa abierta entre los sectores ligados a la renta petrolera, el transporte, y la industria, referenciados coyunturalmente con la política “subsidiaria” de los K, y la “patria sojera” y financiera, fortalecida tras el triunfo derechista en la provincia de Buenos Aires. Mientras el Gobierno “progresista” y de los “Derechos Humanos”, vuelve a usar a las patotas y los gendarmes, los ratis de la Federal y la Bonaerense contra los obreros de Terrabusi, los del Subte, y otras protestas, discuten pequeñas medidas para contener a las masas, como el subsidio universal por hijo, una limosna que, encima de salir de los ingresos de los trabajadores, representa una verdadera legalización del empleo en negro.

Por otro lado, la derecha recalcitrante, no para de tropezar, y en Capital continúa el escándalo del fascista de Macri, a quien no le alcanza con fundar la Metropolitana , y organizar patotas anti-pobres, sino que además espía a docentes, estudiantes y todo el que represente un peligro. Este es el sector que mira con buenos ojos a Micheletti y compañía en Honduras. Y, si bien los K y Scioli hacen lo suyo, la oposición tipo Macri y Carrió, es la mejor expresión política del reclamo de mano dura, fogoneado nuevamente por la prensa y la fachándula argentina: meten en una misma bolsa el “caos” (para reprimir nuevos Kraft) y la “inseguridad” (para desaparecer nuevos Lucianos) ¿Alguna duda a esta altura de qué significa la baja de la edad de imputabilidad?


Sin embargo ambos, gobierno y oposición, acuerdan en pagar la deuda, recortar presupuesto para educación y salud, y dejar correr los despidos: quieren mantener seguros los negocios capitalistas, y los platos rotos, que los paguemos nosotros. Por eso, al clima de persecución política y sindical, que llega incluso hasta los secundarios de la Capital (con las sanciones en el Buenos Aires), se le suma ahora un intento de proscribir a la izquierda, que más allá de los distintos matices, levantan como necesidad todos los políticos patronales. Se trata de la “reforma política”, que busca fortalecer a los grandes partidos burgueses, que alguna vez fueron capaces de controlar a la clase obrera y la clase media (PJ y UCR). ¿A qué le temen? A que la clase obrera comience a adquirir una expresión política.

Es que el ejemplo de los trabajadores de Kraft, de su valiente y tenaz lucha contra un gigante de los monopolios yanquis, tuvo que enfrentar a su embajada, pero también al gobierno y su represión, y a la burocracia. Contra todos esos enemigos, no solo se puede luchar, nos enseñan, sino que se puede avanzar. Y luego de una primer etapa de la lucha, demostraron, en su mayoría, haber entendido mucho.
La reciente victoria de la Lista 1 para la comisión interna (la que no firmó el acta que dejaba afuera a mas de 50 despedidos con la patronal: la de la agrupación Desde Abajo, referenciada con el PTS) no sólo es un espaldarazo para todos los sectores anti-burocráticos en lucha, sino también, en particular, a aquellos que, como el Sindicato Ceramista de Neuquén, dirigentes del Subte, y 400 delegados de todo el país, comienzan a poner en pie una corriente política en el seno del movimiento obrero.
Entonces, si bien la crisis económica enlentence, los tiempos políticos se aceleran. Emerge un nuevo movimiento obrero, quieren proscribir a la izquierda, y por si fuera poco, redoblar la represión contra la juventud. Ante esta situación, desde el NO PASARÁN (integrado por la juventud del PTS y decenas de compañeros independientes) queremos abrir las puertas de nuestra organización a todos los que quieran acompañar a los laburantes de Kraft, cortando calles y difundiendo el fondo de huelga. Queremos que se sumen cientos de jóvenes que quieran acompañarnos en la tarea de reorganizar al movimiento estudiantil, sobre bases democráticas y combativas, discutiendo política y pensando como terminar los ataques a la educación y nuestras libertades. Queremos que una nueva generación de jóvenes trabajadores, se sume a nuestra batalla porque en cada fábrica haya delegados electos y al servicio de la lucha contra la precarización laboral. Queremos desarrollar la corriente lanzada por los obreros de Zanón. En los barrios, le queremos declarar la guerra al gatillo fácil y la represión.

Pero tenemos una perspectiva de fondo. Y creemos que es una tarea de hoy empezar a formar al calor de estas batallas una juventud dispuesta a encabezar la lucha para que la crisis la paguen los capitalistas. Por eso, desde el NP, queremos poner en pie una organización juvenil de miles, anticapitalista, obrera y socialista. Te invitamos, a leer esta nueva revista, y sumarte a las batallas por venir.

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