La rebelión de los trabajadores de la alimenticia Kraft, la antes Terrabusi, contra las pésimas medidas que tomaba la empresa para prevenir la expansión de la gripe A, empezó a molestar a la patronal imperialista. La mínima exigencia de condiciones de higiene y prevención dignas, era vista por los ojos de los dueños de la empresa como un desafío a su pretendido dominio absoluto. Los empresarios yanquis, cómodos en sus mansiones en alguna islita caribeña, no toleran ningún reclamo. Menos que menos, es sus “colonias” de Latinoamérica, donde superexplotados laburantes, entregan obligados sus horas y fuerzas, a grandes magnates que se enriquecen a costa de nosotros y nuestro trabajo. Warren Buffet, dueño de Kraft y uno de los principales millonarios del mundo, es uno de ellos; y hoy, le ha declarado la guerra a los trabajadores de su empresa.
El despido de mas de 160 trabajadores de la ex Terrabusi, es una represalia a la lucha por medidas de higiene contra la gripe A, pero de fondo, lo que quiere la patronal, es que no haya ni organización, ni lucha, ni mínimos reclamos en sus feudos. En Terrabusi, como en varias alimenticias de la zona norte, hay una valiente vanguardia, que viene organizándose y luchando contra la dictadura patronal.
Los despedidos, frente al ataque de la empresa, que los quiere dejar en la calle, iniciaron una enorme lucha. El lunes pasado, en medio de una fábrica militarizada por carros de asalto y centenas de policías, entraron a la fábrica y se atrincheraron allí. Ningún despido, es su bandera; y frente a la crisis económica, será una bandera de lucha de millones en todo el mundo.
La policía, mostrando de qué lado está, entró a la fábrica a sacarlos. Disparos, gases y golpes, que no pudieron con los trabajadores despedidos y con el turno mañana. No pudieron sacarlos, ya que todos se unieron en el combate contra la policía, y enfrentándola la hicieron retroceder. Frente a los trabajadores organizados, hermanados con sus pares despedidos, la policía no pudo.
Ese día, los que los apoyamos desde afuera, comenzamos una enorme campaña para llenarlos de apoyo, mediante cortes de la panamericana, calles y puentes (habrán visto seguramente por la tele los cortes de la pana, el del puente Pueyrredón o el de callao y corrientes que hicimos junto a los compañeros de En Clave Roja). La lucha de los despedidos, es una lucha de todos los que no queremos que la crisis la paguemos los trabajadores.
Hoy la lucha tiene una enorme difusión, pero es una batalla difícil contra una patronal yanqui poderosa, que se apoya en jueces, políticos y policías que están de su lado. Dura lucha la que se viene, ya que estamos ante los grandes magnates que han plagado la historia de los últimos años, de combates contra la clase obrera y sus luchas por librarse de la explotación capitalista.
Esta semana, el nuevo aniversario de la “Noche de los Lápices”, y los tres años del secuestro de Julio López, nos recuerdan a lo que están dispuestos los empresarios cuando se trata de cuidar sus ganancias. En el 76, las patronales locales y extranjeras, temerosas por el enorme ascenso obrero y popular surgido a partir del Cordobazo, tocaron las puertas de los cuarteles para iniciar una de las épocas más sangrientas de nuestra historia, con la dirección de Estados Unidos detrás (¿coincidencia con el golpe de Honduras?). El golpe de marzo del 76, fue un intento desesperado de impedir que los trabajadores y estudiantes, avancen sobre las ganancias de los capitalistas. Asesinatos, torturas y desaparecidos; nada es suficiente para los empresarios, cuando se trata de garantizar sus privilegios.
Algunos meses después, bordeando la primavera, el golpe vendría a buscar a lo mejor del activismo estudiantil. “La noche de los lápices”, quedó en la historia como el día que un grupo de estudiantes fue secuestrado por los milicos, por reclamar por el boleto estudiantil. La verdad, detrás del operativo, es que se buscaba atemorizar al conjunto del movimiento estudiantil, que desde el Cordobazo, peleaba aliado al movimiento obrero, y avanzaba en cuestionar los fundamentos del sistema capitalista.
Esta es la idea, que queremos recobrar y difundir. La lucha contra los despidos en Terrabusi, es la continuación de esta batalla. La juventud del NP, estará esta semana en pie de guerra. Queremos dejarle en claro al imperialismo, que lucharemos contra sus ataques. Que enfrentaremos la represión y llenaremos de energías y de nuestras fuerzas a los trabajadores en lucha. La juventud estudiantil y trabajadora, tiene que retomar lo mejor de la generación de los 70, para las luchas que se vienen contra las patronales y el imperialismo, empujados a atacar por la crisis económica en curso. Hoy empezó en Terrabusi, y estamos llamados a resistir junto con los trabajadores. El imperialismo, que ayer digitó el golpe, y los empresarios, que ayer organizaron el golpe, nuevamente vienen por nosotros. ¡No Pasarán!, nuevamente, depende de nosotros. Lo mejor de la generación de los 70, las lecciones, sus errores y aciertos, serán parte de nuestro arsenal. Las banderas de Zanón, y la resistencia de todos los trabajadores en lucha, nuestros ejemplos actuales. Obreros y estudiantes, unidos y adelante.
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