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Presentación
Este Manifiesto es producto de más de un mes de discusión que involucró a jóvenes militantes de distintas provincias del país quienes luego de semanas de debate y preparación nos reunimos en Buenos Aires para la Conferencia Nacional de la Juventud del PTS.
El 25 y 26 de marzo nos encontramos en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA más de mil compañeros y compañeras de Capital Federal, Gran Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Junín, Pergamino, Bahía Blanca, Trelew, La Pampa, Villa Mercedes (San Luis), Neuquén, Cipoletti, Mendoza, Tucumán, Jujuy, San Nicolás, Villa Constitución y Paraná. Nos reunimos militantes de más veinte universidades nacionales, decenas de terciarios y colegios secundarios, y jóvenes trabajadores del ferrocarril, metalúrgicos, metalmecánicos, aeronáuticos, comercio, ceramistas, de la alimentación y otros gremios.
Se trataba del lanzamiento de un nuevo proyecto político y el manifiesto definitivo, discutido a partir del Proyecto de Manifiesto presentado un mes antes, es el resultado de decenas de aportes previos a la Conferencia y de decenas de enmiendas discutidas y votadas durante esas dos jornadas. Con él sentamos las bases programáticas del proyecto, integrándolas con el conjunto de los fundamentos teóricos y programáticos del PTS. Desde los informes iniciales de la Conferencia se planteó el desafío que después se discutiría en las comisiones, que contaron con más de trescientas intervenciones: centralizar todas las agrupaciones estudiantiles y de jóvenes trabajadores que ya veníamos impulsando junto a compañeros independientes para apostar a la construcción de una fuerte juventud que dé un paso al frente y asuma un compromiso superior. En momentos en que los “jóvenes K” de La Cámpora, el Evita o la Juventud Sindical moyanista se quieren arrogar la representación de la juventud militante, nosotros ponemos en pie este proyecto. Lejos de esa “militancia” al servicio del Estado, sentados en los despachos de los ministerios y mediante alianzas con personajes como Menem, Rico, Insfrán o la oscura burocracia sindical, apostamos al desarrollo de una gran corriente clasista, antiburocrática y combativa en el movimiento obrero y a la construcción de una gran juventud revolucionaria, dos vías que consideramos fundamentales para avanzar en conquistar las bases de un partido revolucionario e internacionalista, objetivo estratégico de los que integramos el PTS.
Para este proyecto ya contamos con una importante camada de jóvenes trabajadores de distintos gremios, que somos parte de los sectores más explotados, con los trabajos más precarios y peor pagos, acostumbrados a organizarnos clandestinamente por fuera de los ojos de las patronales que nos intentan despedir no bien asomamos cabeza. A su vez, desde las agrupaciones juveniles impulsadas por el PTS (En Clave ROJA, No Pasarán, Pan y Rosas, Contraimagen, entre otras) tenemos una larga tradición batallando por un movimiento estudiantil autoorganizado, que luche por una educación al servicio de los trabajadores y el pueblo y por la unidad obrero-estudiantil desde las facultades, colegios y terciarios, como lo refleja nuestro rol desde hace años en luchas como Zanon, Brukman, el Subte, Mafissa, Jabón Federal, Garrahan, el ferrocarril Roca, Paraná Metal, automotrices de Córdoba, pescadores de Bahía Blanca, ajeros de Mendoza o en la histórica lucha de Kraft-Terrabusi, por nombrar sólo unos pocos de los tantos conflictos obreros que encontraron a la Juventud del PTS jugando un rol en la primera línea.
Partiendo de esta tradición, hoy vamos por más. En la Conferencia Nacional resolvimos que la Juventud del PTS asuma como propio el desafío de construir una gran corriente clasista en el movimiento obrero, tomando en nuestras manos el periódico Nuestra Lucha lanzado recientemente por los trabajadores de Zanon, Kraft, sectores clasistas del subte y otros gremios.
Apostamos a la construcción de una corriente clasista como una necesidad de primer orden en la actual situación política, porque con el kirchnerismo y su aliada, la burocracia sindical, persisten la persecución a los luchadores y los despidos discriminatorios en fábricas y empresas a los activistas que se ponen de pie para enfrentar la dictadura patronal. Los más de mil compañeros y compañeras que nos reunimos a discutir este proyecto, junto al resto de los militantes del PTS, los nuevos compañeros que se sumen al proyecto y el resto de los impulsores de Nuestra Lucha, somos una fuerza fundamental para llegar con el periódico a todas las fábricas y empresas estratégicas de nuestro país donde se concentra el poder obrero que, organizado, puede enfrentar el poder de los capitalistas. Nos proponemos organizar esa gran corriente clasista dentro de los sindicatos, para enfrentar al Gobierno, a la dictadura patronal y a la burocracia sindical desde una política de independencia de clase. Una corriente que tenga la fuerza política y social necesaria para enfrentar los ataques a los luchadores, la represión, los ataques al salario y levantar un programa que unifique a todos los explotados y los oprimidos para dar respuesta a los grandes problemas de las mayorías obreras y populares. Una corriente que permita acelerar la construcción de la herramienta política que necesitan los trabajadores: un partido revolucionario que para vencer, enfrente al Estado y a sus gobiernos. Luego de la Conferencia se pudo concretar un proyecto político que ya figuraba como objetivo en el Proyecto de Manifiesto y que apoyamos con todas nuestras fuerzas: el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), integrado por el PO, el PTS, IS y otros grupos, que presentará la fórmula presidencial Altamira-Castillo y candidatos en diecinueve provincias, destacándose las candidaturas de los dirigentes ceramistas Alejandro López y Raúl Godoy en Neuquén, junto a compañeros y compañeras de la Juventud del PTS como Jesica Calcagno, Franco Villalba, Laura Vilches, Juan Oribe y Patricio del Corro, para enfrentar la reforma electoral proscriptiva impuesta por el kirchnerismo y levantar una alternativa de independencia política de los trabajadores, contra el Gobierno, la oposición patronal y las variantes de centroizquierda. Sabemos que los cambios de fondo por los que luchamos no los conseguiremos con algunos diputados dentro de las instituciones del régimen, organizadas y reglamentadas para mantener el orden burgués, pero el Frente de Izquierdal es una gran herramienta para intervenir en el enorme debate nacional que recorre a millones frente a las elecciones, para pelear por la ruptura de los trabajadores y la juventud con los partidos que defienden la explotación, la opresión y la entrega, llamándolos a confiar en sus propias fuerzas, su organización y su lucha. Todos los cargos que conquistemos estarán al servicio de desarrollar la movilización obrera y popular, en la perspectiva de que gobiernen los que nunca gobernaron: los trabajadores. Con este espíritu nos proponemos ser vanguardia en la campaña del Frente de Izquierda y de los Trabajadores.
Esta será una gran batalla también en el movimiento estudiantil contra los kirchneristas que buscan convertir a las facultades, terciarios y colegios en “unidades básicas” al servicio del “proyecto nacional” (que en la universidad es el de la Ley de Educación Superior menemista aún vigente), y también contra la Franja Morada y otras variantes al servicio de las clases dominantes. Nosotros vamos por una educación al servicio de los trabajadores y el pueblo, y no buscamos unirnos a la burocracia de Moyano y los personeros del PJ, sino que peleamos por un movimiento estudiantil aliado al sindicalismo de base, a los trabajadores y al pueblo pobre, en la perspectiva de construir la única alianza social que puede dar respuesta a los problemas de las grandes mayorías obreras y populares. La Juventud del PTS se pone en pie de guerra. Los que gobiernan buscan atacar con represión directa (como lo vimos en el Parque Indoamericano de Soldati, en el ataque a los Qom de Formosa o en el asesinato de Mariano Ferreyra, entre otros ejemplos), o con persecución y judicialización a todos los que nos proponemos levantar la cabeza para cuestionar que después de años de crecimiento económico récord persisten la precarización laboral, los bajos salarios, la desocupación o la decadencia de la educación y la salud públicas, mientras miles de millones de dólares se van en el pago de la deuda externa o en subsidios a los empresarios, a la vez que las empresas capitalistas hacen superganancias. Contra ellos, nos proponemos construir una gran corriente clasista en el movimiento obrero y una gran juventud revolucionaria trabajadora y estudiantil, iniciativas necesarias para avanzar en la construcción de un partido de trabajadores revolucionario en nuestro país. Presentamos entonces, en este Manifiesto votado y discutido por más de mil compañeros y compañeras, un programa para la construcción de una juventud revolucionaria trabajadora y estudiantil.