La bronca que durante años se fue acumulando en las aulas se empieza a expresar en organización y lucha. Mientras tanto, como no podía ser de otra manera, la respuesta del gobierno derechista de Macri, procesado por las escuchas ilegales y acusados de encabezar una “asociación ilícita” junto al Fino Palacio y el espía Ciro James, trata de meter miedo y perseguir a los que salimos a defender la educación pública mandando a la policía e incitando a que se realicen denuncias penales en nuestra contra. Ordena a los directivos que hagan “listas negras” de los estudiantes que estamos tomando las escuelas, preparando las sanciones. Al mismo tiempo las autoridades hacen de las suyas para impedir que surja la organización independiente. En el caso del Normal 10 a mí me sancionaron por querer pasar por cursos y pegar carteles llamando al Congreso de la CUES que se realizó hace algunas semanas, además de dificultar las reuniones de delegados y no permitir asambleas. La actitud prepotente y autoritaria de los directivos no tiene límites al punto que pasaron por encima al ya de por sí antidemocrático Consejo de Convivencia, aplicándome dos días de suspensión e imponiendo como condiciones para no dejarme libre mi imposibilidad de hacer cualquier tipo de actividad política e incluso que esté por fuera de clase.
Tenemos que enfrentar la avanzada represiva que es parte del plan del macrismo y que si bien hoy el kirchnerismo denuncia, no puede ocultar su responsabilidad en represiones como las que vimos el año pasado en Kraft con la Bonaerense de Scioli reprimiendo a los trabajadores y estudiantes que resistían los despidos, y que hoy tiene a 3 estudiantes de la UBA procesados por cortar Callao y Corrientes.
Galo del Normal 10
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