Ahora, los gobiernos del mundo entero “se dieron cuenta” de la pobreza y miseria que vivó el pueblo haitiano durante años, cristalizada con las consecuencias del terremoto. Son los mismos que hoy se “asombran” de la crisis social que provocó el desastre natural en Chile.
Los datos arrojan que hay más de mil muertos. Más de dos millones de damnificados, de los cuales la mayoría se quedó sin vivienda. Nuevamente los que sufren las peores consecuencias de las catástrofes naturales son los trabajadores y el pueblo pobre.
Se asombra la “socialista” Bachelet, como si ella no fuese responsable de las políticas neoliberales de la Concertación. Se asombra el electo presidente derechista Piñera, como si no fuese parte de la clase empresaria chilena que apoyó a Pinochet y se benefició durante los gobiernos "democráticos" de la avanzada neoliberal y los altos precios del cobre. Se asombra Hillary Clinton como si no fuese parte del “Consenso de Washington”, y la encargada de buscar un pacto con los golpistas en Honduras, o mandar las tropas a Haití. Todos ellos son los responsables de la crisis social del pueblo chileno, que el terremoto sacó a la luz.
Durante estos años los “asombrados” empresarios chilenos ganaron millones aprovechando, entre otras cosas, el precio “por el cielo” del cobre, a costa de la miseria de los salarios de los trabajadores, de sus condiciones de vida, de salud, educación y de la degradación de los derechos de la comunidad Mapuche. Desde el gobierno de Frei, Lagos, Bachelet y ahora el proimperialista Piñera mantienen el mismo plan neoliberal; el terremoto ha llegado para desenmascarar el doble discurso de la Concertación.
La socialista Bachelet, manda al ejército asesino de Pinochet
Pero nosotros no nos asombramos. Y no nos asombramos de que envíen militares y carabineros a reprimir a la población. No nos asombramos que decreten el toque de queda y el “estado de excepción” que lo que hace es entregarle el poder de las regiones afectadas a las Fuerzas Armadas. Éstas, que ayer fueron pinochetistas, junto a los carabineros, son los que hoy reprimen a los trabajadores, a los estudiantes, a la comunidad mapuche. No nos asombramos que en vez de distribuir alimentos su función sea reprimir y arrestar. ¿Esta es la ayuda humanitaria de Bachelet? Tampoco nos asombra el silencio cómplice frente a la represión de Lula, el ex tupamaro amigo de los empresarios Mujica, o Cristina, que ahora habla con orgullo de las fuerzas armadas argentinas.
¿Por qué confiar a estos militares asesinos la “ayuda” a las víctimas? ¿Por qué en vez de reprimir a la población que necesita medicamentos, comida y vivienda no se abren las puertas de los supermercados? ¿Por qué no se pone la producción de las fábricas alimenticias al servicio de la población? ¿Por qué no se abren las grandes mansiones y hoteles para quienes no tengan un lugar donde dormir? ¿Por qué una vez más lo que más les importa es saciar su sed de ganancia?
¡Organicemos el apoyo obrero y popular!
Hacemos nuestras las demandas de “Armas de la Crítica”, nuestra agrupación hermana en las universidades de Chile: la única ayuda efectiva es el apoyo obrero y popular. Son las propias organizaciones obreras, estudiantiles y populares las que deben tomar en sus manos la distribución de alimentos y medicamentos.
Desde los centros de estudiantes y federaciones tenemos que organizar la solidaridad efectiva con el pueblo chileno. Los estudiantes de la Argentina no podemos mantenernos al margen de la crisis social que viven nuestros hermanos, por la que encima son perseguidos y reprimidos.
¡Fuera los militares y los carabineros!
¡Abajo el toque de queda y el estado de excepción! ¡Libertad a los detenidos!
¡Expropiación y puesta al servicio de la población la producción de alimentos y medicamentos!
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